Después de experimentar tres muertes clínicas, la policía secreta (Securitate) sospecha que tiene relaciones con extraterrestres!

11 Apr 2012 by admin, Comments Off on Después de experimentar tres muertes clínicas, la policía secreta (Securitate) sospecha que tiene relaciones con extraterrestres!

 

Durante 30 años, el caso de Ioan Gabor de Oradea impresionó al mundo de la medicina de toda la Tierra. Caído en una piscina con agua herviendo mezclada con sosa cáustica, levantado por milagro de 3 metros de profunditad, se quedo sin la carne que le cubría sus piernas. Ioan Gabor puede ahora caminar y en el sitio donde antes había huesos, carne y piel empezaron a crecerle otra vez. El incidente cambió su vida y el de cientos de personas más. Los hechos que habían ocurrido, han estado en la atención del ministerio de la salud de ese tiempo y han dejado sin palabra a los que han creído que han descubierto los secretos de la recuperación: médicos de todos los lados. El régimen comunista ha prohibido que se haga una noticia de ese milagro y han hecho todo lo posible para cerrarle la boca a ese hombre, por que su ciencia no podía explicar los hechos que han pasado.

Nacido en 2 de agosto del 1939 en la localidad Sancrai de la provincia Cluj, Ioan Gabor era un niño pequeño y raro.
“Desde la infancia oigo una voz, no en sueño sino en la realidad. En ese momento no me puedo mover pero me siento bien” – cuenta el señor Ioan Gabor.

Oyendo lo que decía el niño sobre su experiencia, los padres, hermanos, compañeros de la guardería y colegio empezaron a reiserse de él. Le decían “el soñador”. Él sabía que lo que escuchaba era verdad, y los de su alrededor empezaron a sentir lo mismo porque sus palabras se hicieron realidad en su momento oportuno. Fue a la escuela de policía, se casó y se quedó en Oradea. Hace 37 años cambio su modo de vida y de pensar, dedicando su existencia a Dios, confesando su fe en el bautizo. En 1974 oyó la misma voz que decía “De aquí a 2 años te pasará algo y serás como nadie ha sido”.

Su primer pensamiento fue que de modo inesperable se le dariá un cargo muy importante, por lo tanto nadie será como él. Después de un tiempo, una noche, esa voz decía “SE TIRÓ PURIM. El sorteo cayó sobre ti porque tu hermano no esta preparado para pasar por esto”. Esas palabras han sido repetidas 3 veces, hecho que despertó la irra de la persona que de quien hablaba la voz, sabiendo que entiende cuando se le dicen algo. Luego se le dijo “Cuidado que vendrá una desgracia de muerte sobre ti”. Estas palabras le hicieron pensar que no el cargo importante tiene que recibir, sino la muerte. Sabía que dentro de 2 años iba a morir. “Porque no he sido atento, dije esto a todo el mundo. Primero se lo dije a mi mujer”. Estando en conflicto con su familia por la causa de su fe, Adriana Gabor sentía que Dios le querría quitar también  la última esperanza de este mundo. Ioan y Adriana Gabor tenían 3 hijos: una niña de tan solo 2 años, un niño de 1 año y medio y otro de 6 años. La muerte de su esposo significaba que Dios les había dado las espaldas.

El señor Ioan Gabor continúo hablando a sus padres, hermanos y el resto de la familia sobre su destino. Ellos no creyeron sus palabras y los de su alrededor empezaron a reírse de el e insultarle. A pesar de todo, el se  preparaba para su muerte. “Intenté resolver mis problemas materiales. Ganaba muy bien, así que pagué mi piso, compré de todo en casa, de tal manera que mi esposa pueda criar los 3 hijos.” – recuerda Ion Gabor. 8 meses antes del accidente, oyó la misma voz que le molestó por su insistencia, voz que le repetía 3 veces: ” ves que viene la desgracia de la muerte”. Mientras tanto Ioan Gabor ha sido trasladado con su servicio en Arad, allá trabajó en el Incorporado Químico de la provincia. La familia se quedo en Oradea. Un mes antes del accidente volvió acasa para estar con su familia, hermanos y conocidos, en sus últimos días de vida.

En el dia 29 de enero, 1976, una mañana con nieve, después de orar una hora, Gabor oye otra vez la voz: ” Ves que vino la desgracia”. Estas palabras le hizo que se de prisa para dar la gestión y desear llegar acasa para morir, posiblemente por la noche en el sueño, así como lo había pensado entonces. En esa prisa, Ioan Gabor resbaló en una mina de 3 metros de dimensiones 1,3/1.3 metros. En esa piscina había agua herviendo con sosa cáustica que se utiliza para limpiar las piscinas químicas. En el momento de la caída, el agua le había llegado hasta la cintura. En contacto con ella empezó a gritar, mientras sentía como sus piernas se quemaban. Consiguió a moverlas solamente 3 veces, porque en el siguiente momento se dio cuenta  que todo se acabo. Entonces gritó: “Dios ten compasión y sálvame de aquí!” Entonces sentio como una mano poderosa le levantaba de ese agujero y le puso al lado. Después de arrastrarse unos cuantos metros sobre la nieve, fue visto por 4 de sus compañeros, que le habían levantado rápidamente y llevado al hospital clínico de la provincia de Arad. “Me di cuenta de que no hay salida pero sabia que no iba a morir porque la mano de Dios me levantó” – dijo Gabor a los 30 años después del accidente. Llegado al hospital, en el momento que los médicos querían quitarle los pantalones, la carne se cayó asta al hueso. La tibia le había quedado completamente desnuda en las dos piernas. Cuando le vieron los médicos, estaban seguros que iba a morir en unas cuantas horas. Por eso – dijo él – que no le quisieron dar agua  para no prolongar su agonía. El diagnóstico de la internación ha sido “Quemaduras del grado II-III-IV a las dos piernas inferiores, perineo, nalga, antebrazo derecho”.

“Mirándome el médico me preguntó si tenía hijos. Enterándose de que tenía 3 hijos menores me dijo: “Mejor que no los tuvieras!”  Después de que se fuera el médico de la reanimación,  un vecino de salón le tenía compasión y le dio agua. “Al segundo día, vio que no había muerto, el medico se dio cuenta de que había recibido agua y me hecho una bronca. A las 9 de esa mañana entré en coma. Primero perdí la vista y luego el conocimiento. Por milagro, mi hermano que vivía en Deva y era medico, se había enterado (el señor Gabor tiene 2 hermanos trabajando en medicina). Cuando llegó al hospital, estaba con los ojos abiertos y los labios negros. En ese mismo día, el empezó a buscarme un ataúd” – recuerda el señor Gabor. Como no podían tocarle con nada, le han puesto un marco metálico  y por encima una sábana. Ioan Gabor se quedo 8 meses en la reanimación en el hospital de Arad, sin poder mover o hablar. Estaba alimentado con goteo y luego con cucharita. Estando en la cama sin poderse mover, al señor Ioan Gabor se le ha podrido la columna vertebral, fenómeno conocido en el mundo de la medicina con el nombre de “celulitis local invariante”. De otra parte, por la culpa de los escalofríos se enfermó con los pulmones, llegando a escupir sangre. Otra complicación representó una infección con pío ciánico a la nalga, caderas y gemelos. En final, todo esto llego a la infección de la sangre con la determinación pulmonar. Sin entrar en cálculos, las quemaduras del grado IV y estas complicaciones podrían llegar a la muerte. Su situación llega al conocimiento los del ministerio de la salud, profesor dr. Eugen Proca, que le visitó. Luego, a intervalo de 2 días, el director del hospital de Arad tenia que informar al ministerio el estado de la evolución del paciente de Oradea. Interesado por esta causa fuera de lo común, el ministro consiguió los medicamentos desde el extranjero. El efecto de estas medicinas fue bajando. Una vez llegado en este estado de la infección, los médicos pensaban que podría causar la muerte. A pesar de todo Ioan Gabor se quedó con vida. Constatando que al final de todas las complicaciones el hombre quedaba conciente, los médicos llegaron a la conclusión de que las cosas ocurridas superan el poder de entender de la mente humana. “El gran milagro es que no muere y se queda conciente” – exclamó el especialista, después de analizar el estado de la salud de su paciente.  

En todo el período de 8 meses que quedó en la UVI (Unidad de Vigilancia Intensiva), el señor Gabor remarcó la presencia de un joven con los ojos brillantes. “Nunca me pregunté quien Era porque lo conocía y sabia que esta conmigo. En cambio, nadie lo veía. Cuando les hablé de el y sabiendo mi estado, un médico me dijo que es mi ángel protector. “Sólo entonces pensé en el”- cuenta Ioan Gabor. En ese mismo período, el pasó por tres muertes clínicas. “Me han declarado muerto, me han desconectado de los aparatos y me han cubierto con una sábana. Así se hace cuando uno muere, le dejan entre 2 y 4 horas y luego le llevan al depósito de cadáveres, porque tenían que librar la cama. Cuando me declaraban muerto, de mi cuerpo salio otro cuerpo, mi espíritu de vida. Yo estaba en el rincón del salón y veía todo lo que hacían con mi cuerpo. Después de volver a la vida, les he contado todo lo que me habían hecho, como han desconectado el aparato, como decían que lo poner detrás de la puerta… todo. Me dijeron: ” vale pero tu estabas allá muerto debajo de la sábana”. Entonces les expliqué que estaba allá al rincón, yo, con un cuerpo y veía todo lo que hacían. En el mundo espiritual existe otra vista, ya no existen límites, allá sabes todo. No puedes decir que cierras los ojos y ya esta, ya no ves nada. Veía Cluj a 300 kilómetros distancia. En unos minutos vi toda la película de mi vida, todo lo que hice cuando era niño, como esperaba que se fueran mis padres para hacer algo malo… Lo ves todo, lo que pensabas y lo que hacías, y que planes tenias. Todo lo vuelves a vivir. Me casé, podría esconderme de mi esposa y ella de mí y de los hijos pero de Dios no te puedes esconder. Y, si no vivía esas experiencias, cualquiera que me lo hubiese dicho   (aunque en la Biblia lo dice, que vas a encontrarte con todo lo que hiciste y serás juzgado por los hechos con el cuerpo), no sabía lo que significa encontrarte con tus hechos. Conocí esto sólo después de que me han declarado muerto.

Y otro milagro que nosotros, los hombres, no la podemos entender: en la Biblia dice que mil años serán igual aún día. Yo no creí esto. Creí que puede ser igual un día con una semana, o un mes, o como mucho un año, pero no mil años. Y a pesar de todo, en un minuto, vi toda la película de mi vida, asta el 1970 que me convertí en un cristiano. Vi muchas cosas malas que no quería verlas nunca, todo. Esto asta el momento que hice penitencia, es decir he vuelto a nacer, porque no vale la pena penitenciarse pero no cambiar como hombre”.

“Entonces vi una mano blanca en la que se veían las señales del clavo y poco como estaba en la cruz. Y oí la voz suave, como no creo que existe otra, diciendo: ” La sangre de Jesé Cristo te limpió de cualquier pecado.”  Y desapareció toda esa película. Después pasé en un lugar, en una luz, vi sólo poco… No tengo palabras para describir lo que sentí. La luz me había cubierto y me habló. Nosotros no podemos entender estas cosas así. Me decía: ¿por que miras así? Aquí no se puede hacer nada malo. Miré adelante, en la parte izquierda y vi dos jóvenes. Era mi abuelo y uno de mis hermanos. Aquí hay una cosa interesante; mi abuelo murió cuando yo tenía 3 semanas, no podría conocerle. Pero allí me di cuenta quien es. Cuando mires a alguien, sabes quien es y que piensa, y el también. Todos son jóvenes, más o menos a los 18 años, tienes el cuerpo blanco, brillante, y la cara un poco más blanca… La felicidad de allá no se puede decir en palabras. A gran distancia, cuanto veías con los ojos, había una mar de jóvenes, todos a la misma edad, aunque habían muerto de bebés o viejos. Todos daban un programa y cantaban 3 canciones al mismo tiempo.”

“Entonces yo no quería volver de allí, pero el joven que estaba con migo en el hospital me miró y sentí como me dijo que tengo que volver. No quería. Entonces me hizo un señal con la cabeza y volví junto a el.” – cita el señor Gabor.

Comprobando que intentaba respirar, los médicos le han reanimado y volvió de esa manera 3 veces a la vida. Unos cuantos años después, entendió que esa voz que había oído hacia 2 años antes del accidente, había profetizado esas 3 vueltas a la vida, y el aviso de su tormenta 8 meses antes de que las viviera en la UVI. Mientras su convalecencia, Ioan Gabor vio muriendo nada menos de 117 hombres. “Hasta entonces no vi a nadie muriendo, pero entonces me di cuenta porque los hombres tenían miedo a la muerte. Cuando les veía antes de morir, miraban horrorizados, como quisieran salir de allí pero no podían. Han sido hombres que no podían morir. Entonces las enfermeras mas viejas sabían lo que hacer en esas situaciones y les decían: “…hombre, tu no puedes morir hasta que no confieses lo que has hecho…”. “En la cama de muerte, un hombre de 80 años confesó que, cuando era joven, mató a su abuela para obtener una herencia”, recuerda Gabor.

Ioan Gabor ha sido dado de alta en 26 de agosto del 1976. En el parte de alta del hospital, el doctor Mircea Ududec, medico cirujano, cita en resumen las observaciones clínicas recordadas más arriba. Durante un año y medio, su esposa le había alimentado con la cucharita. Hasta los 4 años después del accidente, Ioan Gabor ha estado inmovilizado en la cama. Aparte de que los médicos insistían en cortarle las piernas, el lo había rechazado.

La primera vez consiguió levantarse con los pies después de los 4 años, cuando las cicatrices de la parte superior de las piernas empezaron a agrietarse y aparecer piel y pelo. Esto impresionó otra vez el mundo de la medicina, los especialistas quedaron sin palabras. “Esto no puede ser. Es el milagro del siglo XX, a parecer brotes de piel y pelo después de una quemadura del grado III, allá donde no se hace transplante”, le dijo el especialista que le trataba, Dr. Nagy del hospital de la provincia de Arad. La última herida se cero después de 17 años del accidente, y ahora las dos piernas están cubiertas con carne. Las cicatrices se refinan con el tiempo y las porciones de carne cubiertas con piel se extienden cada día. Cuando el mundo medical se enteró de que Ioan Gabor no murió, le llamaron para verle. Vinieron especialistas de todo el mundo, que no pudieron explicar ese fenómeno. Cuando le vio, el ministro Proca exclamó: “¿Eres tú? No me lo puedo creer ¿No te han cortado las piernas? Su caso es conocido en todo el mundo. ¿Qué les voy a decir, como les voy a explicar?” Luego se levantó y gritó: “No creí que existe Dios, pero ahora tengo que decir que existe algo, Dios o lo que sea!” El caso de Ioan Gabor incitó hasta las autoridades de ese tiempo. La policía secreta (Securitate) le contactó y le pidió que cierre la puerta y no dejar que pase nadie adentro. El teléfono ha sido controlado y en su apartamento se han instalado micrófonos. Intentaron sacarle del país y su caso ha sido conocido por todo el mundo. Ioan Gabor salio en las revistas de especialidad del Occidente y en el mass-media del mundo. En Rumania, el régimen comunista impuso silencio sobre él.

El accidente de trabajo de la piscina del Combinado Químico de Arad ha sido estudiado por la fiscalía local. Del caso se encargo el fiscal jefe Stefanut Petrut de Arad. Lo que la fiscalía no pudo explicar, era una sola marca reciente en la nieve. Esto dificultó toda la investigación, y nadie sabio donde encontrar la solución. En 9 de octubre 1976 se cerró el caso de la investigación del accidente de trabajo y el sufrir del señor Gabor del 29 de enero del mismo año, de manera que nadie sea culpable.

Después de 10 años, analizando lo que pasó, Ioan Gabor esta seguro de que todos los hechos tenían un propósito, que era la defensa del anticristianismo empezado por los comunistas y quienes querían mantener oculto el descubrimiento de la voluntad de Dios para los que viven en pecado.

Por todo lo que paso el señor Ioan Gabor confirma que es un hombre feliz. “Tengo paz en mi alma y armonía en mi familia que me gustaría que todos tengan en sus hogares.”
Afirma que ora por Rumania y cree que, como mucho, en 7 años nuestro país llegará a un nivel elevado desde punto de vista económico y espiritual. Los que quieran tener más información sobre Ioan Gabor, miembro de la iglesia bautista “Emmanuel” de Oradea, le pueden contactar al teléfono 0114-0259-445.320 o escribirle en: C/ Italiana, nr 22, Bl. Y3, Es. C, Ap. 46, Oradea, Bihor, 3700, Rumania.

By Octavian D. Curpas
Surprise, Arizona, USA, 2011

Revista Phoenix Mission Magazine, Arizona

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